Amarlo todo
Puedes amar a una persona aunque no te guste todo de ella, de hecho, generalmente es lo que hacemos.
Quizás aprecias a tu padre o tu madre pero no te gustan algunas de sus actitudes, puedes amar a una amiga y que no te guste su físico, incluso puedes apreciar (que es una forma de amor) a la vecina, pero no gustarte su peinado o su voz. Puedes estimar a un desconocido.
A veces odias partes del otro y esto no impide que mes otras partes. ¿Y qué? No pasa nada, lo tienes normalizado, no conozco nadie que crea que para amar a alguien, este alguien tenga que ser perfecto en TODOS los aspectos TODO el tiempo, por siempre jamás. Hablo de amar, no de querer. Sobre todo porque todos cambiamos y nuestras prioridades e ideales también. Lo sabemos.
A veces incluso puedes estar con alguien a pesar de tener una lista interminable de (lo que tú consideras) defectos. ¡Y milagrosamente, te ves amándolo! Y también pasa, y esto me fascina, que te llegas a ver amándote a ti cuando ves que no lo puedes amar todo.
Una vez más hablo de amar, no de querer. Es diferente. No es lo mismo te amo que te quiero. ¿Cierto?
En general amamos mucho y muy bien.
Contigo pasa igual, puedes amarte sin que necesariamente te guste todo de tí. Y no quiere decir que no te puedas cambiar el peinado en la peluquería o el físico en el gimnasio, o comprarte un tipo de ropa con la que te gustas más porque esconde un poco aquello que no te gusta de tí, quiere decir que te puedes amar, si quieres, aunque no te gustes del todo.
NO hace falta que te esperes a ser perfecto (según los parámetros culturales el momento, no lo olvides) Lo puedes hacer ahora, así, tal como estás, tal como eres, básicamente porque es ahora y no mañana cuando más falta te haces.
Amarme a mí y al otro, seamos como seamos, ahora aquí, sin juicios ni etiquetas o a pesar de ellas, para mí es la forma más grande de amor.