Raquel Puig

Vaya historia te voy a contar, una de esas que suenan como sacada de una peli de bajo presupuesto, pero te juro que es real.

A los tiernos 19 años, decidí largarme de casa. A los 21, ya tenía mi primer negocio… bueno, más bien un desastre financiero en ciernes que duró unos buenos 8 años. Pero, ¿sabes qué? ¡Al menos lo intenté!

En lugar de quedarme en la nube de los sueños, me lancé de cabeza. Y aún hoy, brindo por eso y me doy gracias a mí misma.

Cuando cerré ese desastre, ya era mamá de dos peques y me enfrentaba a un vacío existencial del tamaño de tres elefantes.

¿Qué hacer ahora?

¿Dónde demonios meterme?

Sabía que no quería seguir en el mismo ramo de siempre, pero… ¿cómo leches te reinventas des de cero?

Ese fue mi salto al abismo, un salto que bendigo y maldigo al mismo tiempo.

Facturas que no esperan, deudas que te acosan, dos críos y un agujero negro en mi futuro. Por primera vez, no tenía ni idea de qué hacer aparte de cambiar pañales.

Y entonces, como quien no quiere la cosa, me metí en un curso de quiromasaje. De ahí salté a las flores de Bach, luego a la hipnosis, y un día, charlando con una amiga, ¡zas! Descubrí el chamanismo. Fue amor a primera vista, pero claro, yo no confiaba un pito en mis propias habilidades. ¿Cómo iba a hacer algo tan loco como eso?

Pero no sé cómo, me lancé, algo dentro de mí me empujaba fuerte. Aprendí a fondo sobre chamanismo, como sanarme y ayudar des de ahí.

Con toda esa experiencia, creé el método Kora-Ki, un autentico kit de supervivencia emocional que uso cada vez que lo necesito, y al final, decidí compartirlo en forma de curso.

Y después llegó el retiro “Memorias de Luz”, si Kora-Ki es para conocerte a ti mismo, el retiro es  desbloquear la versión 2.0 de ti mismo, con mas autoestima y poder personal.

Hoy puedo decir que lo mío de verdad es la sanación chamánica, entender qué te pasa y guiarte para que lo soluciones. Y lo sé, porque lo he arreglado antes en mí misma.

¿Fácil? He encontrado la forma de que lo sea

Estoy convencida de que cada uno de nosotros tiene el poder de ser el cambio que desea en el mundo. Yo ya estoy en marcha, ¿te apuntas?